lunes, 27 de agosto de 2007

Olvidar la política de mesa camilla

Olvidar la política de mesa camilla

Articulo de Opinión de Vicent Gisbert (Economista y militante Socialista)

Estoy convencido de que muchos militantes, simpatizantes y votantes del Partido Socialista del País Valenciano han sentido eso que algunos llaman envidia sana y que otros consideramos simplemente envidia -envidia pura y dura-, al ver el resultado del congreso extraordinario que han celebrado las compañeras y compañeros del Partido Socialista Madrileño.Como saben, la estrategia seguida por ambas federaciones socialistas tras el fracaso electoral del 27 M ha sido muy diferente. Mientras que Rafael Simancas, candidato y secretario general del PSM, presentó la dimisión irrevocable; Ignasi Pla, candidato y secretario general del PSPV, ha decidido seguir -con el respaldo mayoritario del Comité Nacional, eso sí- al frente de la organización hasta la celebración del próximo congreso ordinario, es decir, un año más y con unas elecciones generales de por medio.En Madrid, la gestora presidida por Cristina Narbona ha realizado en dos meses un trabajo tan extraordinario como extraordinario ha sido también el congreso, en el que los socialistas madrileños nos han dado un ejemplo de valentía y coraje democrático. En ese congreso extraordinario, clausurado por José Luis Rodríguez Zapatero, el alcalde de Parla, Tomás Gómez, fue elegido nuevo secretario general del PSM con más del 90% de los votos.Tras su elección, las declaraciones de Tomás provocaron en mí esa agridulce sensación de envidia a la que hacía referencia al principio de este artículo. Hablaba de regeneración y decía lo que significaba para él esa palabra: cambio de equipos, caras nuevas, no aferrarse a los cargos, contar con los diversos sectores sociales no alineados políticamente y, sobre todo, «olvidar la política de mesa camilla». ¡¿Olvidar la política de mesa camilla?! Por fin alguien se atrevía a decir públicamente lo que era más que un sentimiento entre la militancia socialista. Mejor dicho, lo que era un sentimiento entre la militancia socialista madrileña y, por desgracia, lo que sigue siendo todavía entre la militancia socialista valenciana. Porque a nadie se le escapa que «la política de mesa camilla» no es el mejor procedimiento para resolver problemas y tomar decisiones.De hecho, en la federación socialista valenciana, y en base a un nuevo principio político, el de la responsabilidad política colectiva, que habrá que tener muy en cuenta a partir de ahora, nadie ha tomado decisión alguna que no responda a los intereses de esa «política de mesa camilla», o lo que es lo mismo, o por resumirlo en una palaba: inmovilismo. Bueno, para ser justos y rigurosos en el análisis, convendría recordar que al menos un 20% del Comité Nacional del PSPV sí expresó su voluntad de iniciar nuestro particular proceso de regeneración política a partir de un congreso extraordinario.Una de las razones argüidas por Ignasi Pla para seguir, y no asumir responsabilidad política alguna, es que «ahora no toca» porque «no es el momento oportuno» celebrar un congreso extraordinario. Lo que toca, según Pla, es seguir la denominada hoja de ruta y preparar las próximas elecciones generales. Éste es un argumento de peso, pero, sin embargo, soslaya que, en política y en toda organización que se precie como tal, si se quiere tener unas mínimas garantías de éxito, tan importante como tener una hoja de ruta clara y precisa, es que ésta sea sólida. No basta sólo con tener una hoja de ruta, sino que, además, la misma debe ser sólida en todos sus aspectos si pretende ser útil.Y, en estos momentos, la solidez no es precisamente una de las cualidades más significativas de Ignasi Pla, pues como acertadamente se preguntaba el director de este diario, ¿puede Ignasi Pla ser el líder de la oposición con un partido totalmente en ebullición, más pendiente de una cosa que de la otra? ¿Puede ser Pla quien acompañe a Zapatero en sus intervenciones en la Comunitat Valenciana, por ejemplo, durante la campaña electoral siendo la viva imagen de la derrota? En definitiva, en estos momentos a Pla le falta solidez interna y externa. Y un Comité Nacional nunca se la devolverá. Tal vez contará con el respaldo de la mesa camilla, pero no con el respaldo mayoritario de la sociedad. Cuál de las dos estrategias -la del PSM o la del PSPV- puede resultar la más acertada de cara a las próximas elecciones generales, serán las urnas las que lo dirán. Pero, como se ha demostrado recientemente en el panorama político británico, el simple relevo de Tony Blair por Gordon Brown ha supuesto que la ventaja que tenía en los sondeos el Partido Conservador británico se haya esfumado. En política -y esta es otra regla-, aunque lo más importante sean las ideas y los programas, sin embargo, son las personas, los líderes, los que marcan las distancias. Así lo ha demostrado José Luis Rodríguez Zapatero al frente del PSOE y del Gobierno de España, y estoy convencido de que también lo hará Tomás Gómez al frente del socialismo madrileño, como ya lo ha hecho al frente del Ayuntamiento de Parla. Ojalá podamos todos, como dice el compañero Tomás, olvidar la política de mesa camilla. Ojalá seamos capaces los socialistas valencianos de abrir las puertas y ventanas de nuestro partido para que corra el aire.

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