VALORACIÓN INFORME BANCO DE ESPAÑA SOBRE EL ENDEUDAMIENTO DEL GOBIERNO VALENCIANO

En unas fechas en las que la mayoría de los ciudadanos tienen que rendir cuentas con las arcas públicas, es el período de
liquidación del Impuesto sobre la renta, y estando aún reciente el efecto que sobre los bolsillos de todos ha tenido el pago del
último recibo de contribución, aparece el informe de la deuda “reconocida” por el Gobierno del Sr. Camps, que tras un breve
análisis, se desprende que el efecto que tiene sobre cada ciudadano/a de esta Comunidad crece por encima de lo que lo hace el
crecimiento de la riqueza, y eso que estamos en la mejor de las Comunidades, habría que ver que ocurriría si estuviéramos en una
situación de “depresión”.
Lo cierto es que la deuda del gobierno del Sr. Camps está situad en el 13% de la riqueza y que su repercusión por habitante es de
2.596€, sea cual sea su situación.
Lo cierto es que la deuda durante el mandato de los Populares ha crecido un 324%, en tanto que el PIB lo ha hecho en sólo un
129%, y si se observa el nivel de crecimiento de los datos de Deuda y PIB referidos a cada ciudadano, la riqueza ha crecido para
cada uno un 91% desde el año 1995, en tanto que la deuda lo ha hecho en un 254%.
Esto pone de manifiesto que la deuda se emplea en gasto no productivo, es decir no se invierte convenientemente, a fin de que
genere riqueza, y no vale esgrimir la eterna justificación, la deuda es consecuencia del modelo de financiación.
La deuda va a parar en gran medida a sufragar gastos no productivos para la sociedad, aunque tal vez estén cargados de un fuerte
componente de imagen.
Difícil lo tenemos los valencianos con un gobierno que en los años de bonanza económica no es habilidoso para sanear las arcas
públicas, si no que al contrario está empobreciendo cada vez más a las generaciones futuras.
Y esto es sólo parte de la verdad, toda vez que no está contemplada la totalidad del endeudamiento público, falta por integrar los
préstamos que tomaron las empresas de la Generalitat durante las primeras semanas de abril, los endeudamientos de las
Fundaciones Públicas, así como las cifras de los “Confirming” reconocidas con la banca privada, y las eternas facturas
escondidas en los cajones, que todos los años denuncia la Sindicatura de Cuentas, y que no se contabilizan por falta de dotación
presupuestaria, pero es algo de lo que nos enteraremos el día del sorteo de la lotería de Navidad, el 22 de diciembre, el día en que
el Parlamento recibe el informe anual de auditoría.