viernes, 13 de julio de 2007

Los socialistas critican la construcción de un templo de 'mártires' del bando franquista

Los socialistas critican la construcción de un templo de 'mártires' del bando franquista

El País. SARA VELERT - Valencia - 12/07/2007

La construcción de una iglesia dedicada sólo a las víctimas del bando franquista de la Guerra Civil es fruto de una "visión sectaria y de doble rasero" de la historia, criticó ayer el concejal socialista Juan Soto. El arzobispado impulsa el templo en una de las naves de la antigua fábrica Cross con el apoyo del Ayuntamiento que dirige Rita Barberá. Para Soto, la cúpula eclesiástica y el PP representan "uno de los últimos bastiones del nacionalcatolicismo".
La nave de hormigón de la industria química fue cedida por Barberá junto a otros terrenos al arzobispo Agustín García-Gasco a cambio de la cesión del solar arqueológico de la plaza de L'Almoina. El arzobispado promueve ahora en el antiguo recinto fabril, junto a la zona de expansión de la Ciudad de las Artes y de las Ciencias un gran templo dedicado a los "mártires de la fe" en la Guerra Civil. Un proyecto que ha llamado incluso la atención, por "anacrónico", a medios de comunicación italianos como el periódico La Reppublica.
La llamada Parroquia Santuario de los Beatos Mártires Valencianos se levantará justo al lado de otras dos naves de la desaparecida fábrica Cross que corren peligro de desplomarse ante la pasividad del equipo de gobierno del PP, denunció Soto. El "aspecto dantesco" de estas naves "contrasta" con "el buen ritmo" con que avanza un proyecto con el que la Iglesia ignora a las "víctimas del otro lado" y demuestra una actitud, a juicio de Soto, "poco conciliadora". Para el concejal socialista, el arzobispo y la alcaldesa mantienen una postura coincidente y de espaldas a la memoria histórica. Mientras que García-Gasco olvida a las víctimas del franquismo, Barberá rechaza erigir un monolito en homenaje a los republicanos represaliados sobre las fosas comunes en las que fueron enterrados en el Cementerio General de Valencia, ahondó Soto. Comparten "una misma interpretación de la historia, selectiva, sectaria y de doble rasero, que honra la memoria de uno de los bandos y silencia la del otro", insistió. El "perfecto maridaje" del PP y la Iglesia valenciana los convierte en representantes "de uno de los últimos bastiones del nacionalcatolicismo", opinó el concejal.
Mientras la Iglesia impulsa su parroquia, al lado dos naves de madera que forman parte del patrimonio industrial de la ciudad amenazan ruina a la espera de un proyecto de rehabilitación. El PP anunció en 2002 un plan de "consolidación" de las naves para frenar la degradación, pero aún no ha actuado. Ante el evidente deterioro, ya sólo está protegida una de las naves y la intención es usar los materiales de la otra para rehabilitarla. Soto recordó que el programa electoral de los populares en 2003 calificaba la antigua industria de Cross como "joya del modernismo industrial", una joya que ahora se cae a pedazos sin que Barberá intervenga. En 2004, el PP decidió convertir las naves en un centro deportivo por gestión indirecta, pero a estas alturas aún no han sacado el concurso para que se presenten empresas interesadas. Recuperar las naves costará un mínimo de nueve millones de euros. Soto, que prefirió no pronunciarse sobre qué proyecto de uso es el adecuado para las naves, urgió al Ayuntamiento a actuar.
Los técnicos municipales trabajan en el proyecto de rehabilitación, aseguró el concejal de Deportes, Cristóbal Grau, que no dio ni datos del plan, ni presupuesto o plazo para ponerlo en marcha. "Nuestro único interés es recuperar el patrimonio de todos los valencianos y, a la vez, darle un uso ofreciendo dotaciones públicas para los vecinos", afirmó el responsable de Deportes.

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