Zapatero dispone un nuevo PSPV
Escrito por Juan Antonio Blay en Levante-ENV
El aparente desinterés de Rodríguez Zapatero por el PSPV, criticado de puertas adentro en la federación de los socialistas valencianos durante los últimos años, ha experimentado una transformación de 180 grados. El presidente del Gobierno y líder del PSOE ha decidido promover un cambio radical en el seno de esta organización aprovechando el largo proceso congresual interno en la formación socialista y el inicio de su segunda legislatura en Moncloa.
Esta iniciativa tiene como objetivo principal conseguir un vuelco en los próximos procesos electorales en la Comunitat Valenciana, un territorio en el que el PP es la formación ganadora desde los comicios generales de 1993 y. sobre todo, los autonómicos de 1995 tras más de una década de supremacía electoral socialista.
Tanto Zapatero como la dirección federal del PSOE consideran que la sociedad de la Comunitat Valenciana sigue teniendo un perfil progresista pese a la continuada presencia del PP en la Generalitat y en los principales ayuntamientos en los últimos trece años. «El problema radica en que los socialistas no hemos sabido trasladar nítidamente nuestro mensaje ni configurarnos como alternativa ante los valencianos», dijo a Levante-EMV un miembro de la ejecutiva federal del PSOE.
Profunda renovación
Para superar ese «problema» la dirección del PSOE ha preparado una profunda renovación de las estructuras orgánicas del PSPV, que sigue siendo la segunda federación socialista con un mayor número de militantes tras la andaluza. Así lo establece la ponencia-marco que se debatirá en el XXXVII congreso federal convocado para el primer fin de semana de julio.
El cambio de un modelo comarcal con 28 agrupaciones diferentes repartidas por toda la comunidad, diseñado en el congreso de Benicàssim en 1982, a otro con solo tres provinciales se convertirá en el más llamativo. El argumento esgrimido desde la secretaría de organización que dirige el «número dos» del partido, José Blanco, es contundente: «Hay que adecuar la estructura orgánica a los procesos electorales en los que la provincia es la circunscripción. El modelo comarcal no es operativo». Con todo, la nueva estructura «provincial» no será el cambio más importante decidido por Zapatero y que se prepara desde Ferraz, la sede federal del PSOE en Madrid. Zapatero está decidido a realizar una profunda renovación generacional en los cuadros dirigentes del PSPV, aseguran las fuentes consultadas por este periódico. «Va a ser una renovación radical», sentencian. Zapatero clausuró a finales de septiembre de 2000 el IX congreso nacional del PSPV en la Universidad de Alicante.
Fue su primer congreso de una federación importante, que arrastraba una etapa traumática tras perder el pode1ués de ser elegido contra todo pronóstico líder del PSOE dos meses antes. Allí, ante Joan Ignasi Pla, vencedor también del cónclave por apenas 11 votos, sentenció: «Se han acabado las familias. Se abre una nueva etapa». Su voluntarismo de entonces, producto de un desconocimiento de la realidad interna de la federación, se ha ido transformado en frustración con las sucesivas derrotas electorales. Y está decidido a abandonar esa sensación.
Conscientes de lo que se avecina en Madrid se ha abierto una soterrada pugna por controlar el proceso. O mejor dicho, a las personas que lo pongan en marcha. De una parte, el propio Blanco, máximo interlocutor con la organización interna del partido. De otra, la vicepresidenta primera del Gobierno, María Teresa Fernández de la Vega, consciente de su protagonismo como cabeza de lista por Valencia en las pasadas elecciones generales.
No hay una gran sintonía
Entre ambos no existe «química», coinciden distintos observadores no vinculados a ambos personajes pero conocedores de la situación. Cada uno va por su lado para lograr la mayor influencia en el «nuevo» PSPV. Blanco se apoya en parte de la estructura interna de la federación, antes con Vicent Sarriá, ex secretario de organización con Ignasi Pla, y ahora Alfred Boix, su sustituto en la actual gestora socialista. La Vice, en su cercanía a Zapatero y en los nombramientos del BOE; también, aseguran, suele consultar a Ciprià Ciscar.
Ni Joan Lerma ni ninguno de los tres aspirantes sirve para Ferraz
J. A. B, Madrid. corresponsal
En Ferraz se reconoce que el 41% de los votos obtenidos por el PSOE en la Comunitat Valenciana en las pasadas elecciones generales —un porcentaje mayor que el alcanzado por el PP en toda España o el registrado por los socialistas, vencedores, en el País Vasco— «no es cosa menor». Pero el bipartidismo ha favorecido al PP, con el 52% de los votos. «El dilema es sencillo: contamos con un alto porcentaje de partida, pero la generación actual no ha sido capaz de dar el vuelco. Hacen falta otras personas». Pero,¿cuáles? A priori, ninguno de los tres aspirantes a la secretaría general del PSPV, cuyo congreso se ha fijado para finales de septiembre o principios de octubre, gusta en Ferraz. Joaquim Puig, Jorge Alarte y Francesc Romeu se relacionan con el «pasado», aunque se reconoce que el primero de ellos podría concitar un mayor consenso.
En este proceso de «cambio radical» en ciernes no se le ha dado audiencia a Joan Lerma, relevado como portavoz parlamentario en el Senado, ni a la gestora que preside. Su nombre provoca recelos tanto en el entorno de Ferraz como en el de Fernández de la Vega. El entorno de Blanco busca «una persona nueva» y equipos que asuman las futuras ejecutivas provinciales. El baile de nombres no ha comenzado todavía pero a modo de prevención Leire Pajín, secretaria de Estado de Cooperación Internacional y persona muy cercana a Zapatero, ha difundido que no quiere ningún protagonismo.
De momento es la «vice» quien ha dado los primeros pasos. Colocó al periodista Ferran Bono en la candidatura, vetando otras propuestas, asumió la coordinación de los parlamentarios nacionales del PSPV y su criterio ha sido determinante para nombrar a Ricardo Peralta como nuevo delegado del Gobierno.
En estas decisiones el criterio del magistrado valenciano Tomás Vives, amigo personal suyo, ha sido determinante. «Ella busca referentes en la sociedad civil», aseguran en su entorno. El predicamento de Fernández de la Vega en relación a todo lo concerniente a la Comunitat Valenciana ha calado ya en el Gobierno. Hace unos días la ministra de Educación, Mercedes Cabrera, recibió el nombre de Miguel Soler para ocupar el cargo de director general de Formación Profesional, a quien no conocía personalmente. «Ah, ¿es valenciano?; consultad con la vicepresidenta», dijo. Tras el visto bueno Soler fue nombrado por el Consejo de Ministros.
Pendientes de las noticias
En cualquier caso, tanto Blanco como Fernández de la Vega son conscientes de la importancia del proceso en ciernes y de su repercusión social de cara al futuro, por lo que han decidido prestar la máxima atención al flujo informativo con los medios de comunicación de la Comunidad. La Vice cuenta desde hace unos días con una asesora en Moncloa destinada exclusivamente a tal menester; Blanco emplea su propia infraestructura en Ferraz.
El aparente desinterés de Rodríguez Zapatero por el PSPV, criticado de puertas adentro en la federación de los socialistas valencianos durante los últimos años, ha experimentado una transformación de 180 grados. El presidente del Gobierno y líder del PSOE ha decidido promover un cambio radical en el seno de esta organización aprovechando el largo proceso congresual interno en la formación socialista y el inicio de su segunda legislatura en Moncloa.
Esta iniciativa tiene como objetivo principal conseguir un vuelco en los próximos procesos electorales en la Comunitat Valenciana, un territorio en el que el PP es la formación ganadora desde los comicios generales de 1993 y. sobre todo, los autonómicos de 1995 tras más de una década de supremacía electoral socialista.
Tanto Zapatero como la dirección federal del PSOE consideran que la sociedad de la Comunitat Valenciana sigue teniendo un perfil progresista pese a la continuada presencia del PP en la Generalitat y en los principales ayuntamientos en los últimos trece años. «El problema radica en que los socialistas no hemos sabido trasladar nítidamente nuestro mensaje ni configurarnos como alternativa ante los valencianos», dijo a Levante-EMV un miembro de la ejecutiva federal del PSOE.
Profunda renovación
Para superar ese «problema» la dirección del PSOE ha preparado una profunda renovación de las estructuras orgánicas del PSPV, que sigue siendo la segunda federación socialista con un mayor número de militantes tras la andaluza. Así lo establece la ponencia-marco que se debatirá en el XXXVII congreso federal convocado para el primer fin de semana de julio.
El cambio de un modelo comarcal con 28 agrupaciones diferentes repartidas por toda la comunidad, diseñado en el congreso de Benicàssim en 1982, a otro con solo tres provinciales se convertirá en el más llamativo. El argumento esgrimido desde la secretaría de organización que dirige el «número dos» del partido, José Blanco, es contundente: «Hay que adecuar la estructura orgánica a los procesos electorales en los que la provincia es la circunscripción. El modelo comarcal no es operativo». Con todo, la nueva estructura «provincial» no será el cambio más importante decidido por Zapatero y que se prepara desde Ferraz, la sede federal del PSOE en Madrid. Zapatero está decidido a realizar una profunda renovación generacional en los cuadros dirigentes del PSPV, aseguran las fuentes consultadas por este periódico. «Va a ser una renovación radical», sentencian. Zapatero clausuró a finales de septiembre de 2000 el IX congreso nacional del PSPV en la Universidad de Alicante.
Fue su primer congreso de una federación importante, que arrastraba una etapa traumática tras perder el pode1ués de ser elegido contra todo pronóstico líder del PSOE dos meses antes. Allí, ante Joan Ignasi Pla, vencedor también del cónclave por apenas 11 votos, sentenció: «Se han acabado las familias. Se abre una nueva etapa». Su voluntarismo de entonces, producto de un desconocimiento de la realidad interna de la federación, se ha ido transformado en frustración con las sucesivas derrotas electorales. Y está decidido a abandonar esa sensación.
Conscientes de lo que se avecina en Madrid se ha abierto una soterrada pugna por controlar el proceso. O mejor dicho, a las personas que lo pongan en marcha. De una parte, el propio Blanco, máximo interlocutor con la organización interna del partido. De otra, la vicepresidenta primera del Gobierno, María Teresa Fernández de la Vega, consciente de su protagonismo como cabeza de lista por Valencia en las pasadas elecciones generales.
No hay una gran sintonía
Entre ambos no existe «química», coinciden distintos observadores no vinculados a ambos personajes pero conocedores de la situación. Cada uno va por su lado para lograr la mayor influencia en el «nuevo» PSPV. Blanco se apoya en parte de la estructura interna de la federación, antes con Vicent Sarriá, ex secretario de organización con Ignasi Pla, y ahora Alfred Boix, su sustituto en la actual gestora socialista. La Vice, en su cercanía a Zapatero y en los nombramientos del BOE; también, aseguran, suele consultar a Ciprià Ciscar.
Ni Joan Lerma ni ninguno de los tres aspirantes sirve para Ferraz
J. A. B, Madrid. corresponsal
En Ferraz se reconoce que el 41% de los votos obtenidos por el PSOE en la Comunitat Valenciana en las pasadas elecciones generales —un porcentaje mayor que el alcanzado por el PP en toda España o el registrado por los socialistas, vencedores, en el País Vasco— «no es cosa menor». Pero el bipartidismo ha favorecido al PP, con el 52% de los votos. «El dilema es sencillo: contamos con un alto porcentaje de partida, pero la generación actual no ha sido capaz de dar el vuelco. Hacen falta otras personas». Pero,¿cuáles? A priori, ninguno de los tres aspirantes a la secretaría general del PSPV, cuyo congreso se ha fijado para finales de septiembre o principios de octubre, gusta en Ferraz. Joaquim Puig, Jorge Alarte y Francesc Romeu se relacionan con el «pasado», aunque se reconoce que el primero de ellos podría concitar un mayor consenso.
En este proceso de «cambio radical» en ciernes no se le ha dado audiencia a Joan Lerma, relevado como portavoz parlamentario en el Senado, ni a la gestora que preside. Su nombre provoca recelos tanto en el entorno de Ferraz como en el de Fernández de la Vega. El entorno de Blanco busca «una persona nueva» y equipos que asuman las futuras ejecutivas provinciales. El baile de nombres no ha comenzado todavía pero a modo de prevención Leire Pajín, secretaria de Estado de Cooperación Internacional y persona muy cercana a Zapatero, ha difundido que no quiere ningún protagonismo.
De momento es la «vice» quien ha dado los primeros pasos. Colocó al periodista Ferran Bono en la candidatura, vetando otras propuestas, asumió la coordinación de los parlamentarios nacionales del PSPV y su criterio ha sido determinante para nombrar a Ricardo Peralta como nuevo delegado del Gobierno.
En estas decisiones el criterio del magistrado valenciano Tomás Vives, amigo personal suyo, ha sido determinante. «Ella busca referentes en la sociedad civil», aseguran en su entorno. El predicamento de Fernández de la Vega en relación a todo lo concerniente a la Comunitat Valenciana ha calado ya en el Gobierno. Hace unos días la ministra de Educación, Mercedes Cabrera, recibió el nombre de Miguel Soler para ocupar el cargo de director general de Formación Profesional, a quien no conocía personalmente. «Ah, ¿es valenciano?; consultad con la vicepresidenta», dijo. Tras el visto bueno Soler fue nombrado por el Consejo de Ministros.
Pendientes de las noticias
En cualquier caso, tanto Blanco como Fernández de la Vega son conscientes de la importancia del proceso en ciernes y de su repercusión social de cara al futuro, por lo que han decidido prestar la máxima atención al flujo informativo con los medios de comunicación de la Comunidad. La Vice cuenta desde hace unos días con una asesora en Moncloa destinada exclusivamente a tal menester; Blanco emplea su propia infraestructura en Ferraz.
2 comentarios:
Interesante artículo Alberto aunque cada vez se marea mas la perdiz, ya veremos lo que hacen pero lo que está claro es que la situación así no puede seguir, mientras tanto algunos se están perdiendo por el camino...
Espero que esto cambie pronto
Un saludo, amigo.
Mari Carmen
Y va a ser un camino muy largo pero espero que se den los pasos adecuados porque el PSOE necesita un PSPV fuerte para seguir gobernando en España si cabe, con más legitimidad que ahora!!!
Un saludo socialista, republicano y coruñés
Alberto Feijoó Domelo
Publicar un comentario