miércoles, 9 de febrero de 2011

¿Pueden ser distintos los mismos de siempre?

La izquierda abertzale presenta el próximo miércoles los estatutos de su nuevo partido en el Ministerio del Interior. A partir de ese momento, el Gobierno tiene 20 días para acudir a la fiscalía con pruebas de que la nueva organización es la continuación de partidos ilegalizados en el pasado por ser el "instrumento político de una organización terrorista". No son solo los nuevos estatutos lo que se va a examinar, sino todo lo que sirva para determinar si el nuevo proyecto supone de verdad una separación de ETA. ¿Es suficiente rechazar la violencia a partir de ahora? ¿Hace falta el término "condena"? ¿Deben arrepentirse del pasado? Si los nuevos estatutos no son suficientes, ¿qué lo sería? ¿El "pasado de terror" del que habla el PP inhabilita de por vida a los históricos de la izquierda abertzale? Tres juristas consultados por EL PAÍS responden a estas preguntas.

JAVIER TAJADURA "Lo importante no son los estatutos, sino los hechos"
El profesor titular de Derecho Constitucional de la Universidad del País Vasco afirma que "el contenido concreto de los estatutos no tiene demasiada importancia, aunque incluyan que rechazan de forma expresa la violencia, porque la causa de ilegalización de Batasuna establecida por el Tribunal Supremo, dada por buena por el Constitucional y el Tribunal Europeo de Derechos Humanos, fue que ETA y Batasuna eran el mismo sujeto". "Desde este punto de vista, que los estatutos sean inmaculados no demuestra que se haya producido un apartamiento de la banda terrorista y ni que se haya roto esa identidad. Mientras exista ETA, la izquierda abertzale lo tiene muy complicado ¿Qué sería necesario para demostrar que ya no son lo mismo? Desde luego, no la mera lectura de un texto. Harían falta declaraciones reiteradas y contundentes de los dirigentes rechazando no solo la futura violencia sino también la pasada. Creo que no hay tiempo antes del 22 de mayo. Lo importante son los hechos, y estos no han cambiado. Debe examinarse la trayectoria de las personas que forman parte del proyecto político, y en este sentido no creo que le resulte muy difícil a la fiscalía demostrar que la identidad entre ETA y la izquierda abertzale no se ha roto".

JOAN QUERALT "Se tendría que inscribir"
Joan Queralt, catedrático de Derecho Penal de la Universidad de Barcelona, mantiene un planteamiento opuesto. "Un partido político que rechaza la violencia de ETA y que, además -lo que resulta aún más interesante-, afirma que expulsará a cualquier afiliado que participe en actos violentos, tendría que poder inscribirse sin problemas en el Ministerio del Interior. Si no, ¿qué hace falta para que puedan ser legales? El uso del término 'rechazo' en vez de 'condena' entiendo que no tiene relevancia jurídicamente. Y tampoco que no se refieran al pasado. Hay partidos que no han condenado el franquismo ¿No deberían haberse incorporado al sistema, entonces? En cuanto al argumento de que en la nueva formación participan personas que han tenido un papel relevante en alguno de los partidos ilegalizados, no es sostenible. Esta línea de argumentación nos llevaría a negar la posibilidad del arrepentimiento. Es un disparate. ¿Y si Rufi Etxeberria quisiera afiliarse al PSOE? ¿O al PP? ¿Habría que ilegalizarlos? Si el Gobierno no permite la inscripción de la izquierda abertzale tendrá que probar que sigue siendo un instrumento de ETA. El debate que se está manteniendo es más político que jurídico. Parece que el Gobierno quiere imponer una cierta cuarentena democrática. Si la legalización fuera, por ejemplo, para el 1 de junio, tras las elecciones municipales, no habría mayor problema; tratan, al parecer, de evitar que se haga antes del 22 de mayo para dar imagen de firmeza y que la izquierda abertzale no irrumpa tan pronto en el mapa político.

ANTONIO TORRES DEL MORAL "Deben condenar también la violencia del pasado"
Antonio Torres del Moral, catedrático de Derecho Constitucional de la UNED, celebra el "avance considerable", pero afirma la izquierda abertzale debe ir más allá. "Tienen que ser francos y dejar de usar medias palabras, porque lo que están tratando de demostrar es que se ha producido un cambio radical en su seno. ¿Qué inconveniente tienen en usar la palabra condena en vez de rechazo? El derecho es un lenguaje. Cuando evitas un término es porque estás escondiendo algo. Sería necesario, además, que condenaran no solo posibles actos futuros, sino también la violencia anterior que ha asolado este país durante 30 años. Creo que hubiera sido importante que los promotores fueran gente nueva, sin mácula. No ha sido así. La presentación la ha llevado a cabo alguien implicado en el pasado, como Rufi Etxeberria. La gran pregunta es si siendo los mismos de siempre pueden ser distintos ahora y de cara al futuro. En definitiva, dado el respaldo unánime que el Tribunal Europeo de Derechos Humanos ha dado a los tribunales Supremo y Constitucional españoles, estos se sentirán muy legitimados para rechazar la legalización de Batasuna si no actúa de manera diáfana o si muestra algún signo de continuidad con el anterior partido".

Reportaje publicada en El País

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