JUECES INJUSTOS
Opinión de NUÑO JIMÉNEZ (Concejal socialista de Castellón)
La insólita huelga de una mayoría de jueces de Castellón para el próximo 18 de febrero no deja de sorprender a propios y a extraños. Porque el conflicto abierto con el Gobierno se abre en unos momentos en los que se desbloquea políticamente la Justicia y en los que se están adoptando medidas para modernizar la institución judicial, con una reciente propuesta de subida salarial a los jueces, sin contraprestaciones a cambio. Cuando hasta los políticos se congelan el salario, o se lo ultracongelan, en la particular terminología del señor Pérez Macián, el jefe del fisco municipal en Castellón.Pero este “golpe de Estado” de estos jueces de Castellón tiene otras consideraciones. Porque son los mismos jueces que a sabiendas de la demora del caso Fabra y de los escasos medios y medidas puestos a disposición de la investigación, poco o nada exigieron a su máximo responsable, la Conselleria de Justicia. Y quizá a ninguno le pareció extraño, tampoco, que el hijo de todo un conseller, de cuyo nombre no quiero acordarme, fuera designado gestor del Palacio de Justicia de la noche a la mañana gracias a una de tantas comisiones de servicios con las que tantas consellerias acostumbran a blindar con buenas “colocaciones” a los afines, que salen agraciados de esta lotería del silencio y el clientelismo generalizado.Es curioso que estos mismos jueces hagan gala de tan poca voluntad de diálogo y desprecien la negociación, ahora que la tienen más abierta que nunca y recurran a la última instancia: la huelga. Una actitud que, tratándose de uno de los poderes del Estado, la Justicia, resulta cuando menos poco edificante, lamentable y nada honesta en tiempos de crisis. A los otros dos poderes ni se les ocurriría dar un paso como éste. Esta huelga puede sumir a los ciudadanos en una indefensión cercana a la que provoca la sentencia de anulación del PGOU en la ciudad de Castellón o a la subida injustificada de los impuestos municipales por encima del IPC.¿Qué puede hacer un ciudadano indefenso ante las decisiones que se adoptan en contra del interés general, cuando las razones que se esgrimen parecen arbitrarias y sin fundamento? Ante la huelga de jueces, que agravará el retraso judicial perenne, sólo queda el derecho al pataleo. Como cuando nos preguntamos por qué nos suben más los impuestos en Castellón que en cualquier otra ciudad. Cuando sabemos que el equipo de gobierno se ha aficionado a la pérdida de subvenciones de otras administraciones (Estado y Unión Europea) y cuando hay un alto porcentaje de multas impagadas, despilfarro en el nombramiento de personal de confianza, gastos injustificados en coches oficiales y comilonas, y un permanente autobombo publicitario. Por no hablar del coste que para las arcas municipales está teniendo el gran número de sentencias judiciales contrarias que en tan poco tiempo acumula el Ayuntamiento de Castellón: PGOU, Mestrets, Iberdrola, Cerámicas Gómez... Y las que seguirán llegando, porque pese a la desastrosa gestión, el PP no tiene visos de hacer propósito de enmienda.Podríamos callar y esperar a que la racionalidad vuelve a su lugar. Pero estaríamos haciendo un flaco favor a la democracia. Es el momento de exigir a los jueces amotinados lo mínimo que se puede pedir: rigor y seriedad. Para inseguridades ya tenemos la crisis, la catástrofe económica del Ayuntamiento de Castellón, y sinceramente nos basta. Dejen de blindarse en el error y reconozcan su desatino. Nos saldrá a cuenta y a la justicia también.
1 comentario:
Parece el blog de ISPV, esta colgado este mismo artículo
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