CEOE y sindicatos rompen las conversaciones sobre la reforma de la negociación colectiva
Patronal y sindicatos han dado por rotas las negociaciones sobre la reforma de la negociación colectiva en la reunión mantenida este jueves entre los secretarios generales de CC OO y UGT, Ignacio Fernández Toxo y Cándido Méndez, y el presidente de la CEOE, Juan Rosell, horas después de que los empresarios remitieran a las centrales una nueva propuesta y tras más de tres meses de negociación.
De esta forma, el Ejecutivo tomará el testigo y, tal y como ha declarado el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, aprobará su propia reforma en el Consejo de Ministros del próximo 10 de junio. Fuentes del Ministerio de Trabajo indicaron que no hay tiempo para aprobar antes la reforma y se remitieron al plazo dado por el jefe del Ejecutivo.
La ruptura de las negociaciones llega después de muchos meses de negociaciones que parecían estar a punto de culminarse durante una reunión del pasado lunes. Sin embargo, los sindicatos denunciaron al término del encuentro que la patronal habían endurecido sus propuestas, tras las elecciones municipales y autonómicas del 22 de mayo, en las que el PSOE sufrió una amplia derrota. Un extremo que ha sido negado ante los medios de comunicación por el presidente de la patronal, que ha asegurado que sus posiciones son las mismas que antes de los comicios.
Fin de las conversaciones
La patronal remitió este jueves un nuevo documento a los sindicatos que, según fuentes consultadas, era "más de lo mismo", un texto con el que los sindicatos han acudido a la reunión que ha certificado el fin de las conversaciones. Finalmente, los agentes sociales no han podido superar sus diferencias en materia de ultraactividad o flexibilidad interna, entre otras cuestiones. Si bien, se han producido avances en temas como la reforma de las mutuas y el absentismo.
El ministro de Trabajo, Valeriano Gómez, ha indicado en reiteradas ocasiones que el Gobierno tomará como punto de partida para su reforma los puntos de encuentro constatados entre las partes y ha dejado claro que tratará de buscar un "equilibrio" entre flexibilidad interna en las empresas y la protección de los derechos de los trabajadores.
Así, el Gobierno apuesta por acudir a mecanismos de arbitraje en caso de conflicto y ha avanzado que la nueva normativa no contemplará el decaimiento de los convenios colectivos cuando no haya acuerdo para su renovación.
De esta forma, el Ejecutivo tomará el testigo y, tal y como ha declarado el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, aprobará su propia reforma en el Consejo de Ministros del próximo 10 de junio. Fuentes del Ministerio de Trabajo indicaron que no hay tiempo para aprobar antes la reforma y se remitieron al plazo dado por el jefe del Ejecutivo.
La ruptura de las negociaciones llega después de muchos meses de negociaciones que parecían estar a punto de culminarse durante una reunión del pasado lunes. Sin embargo, los sindicatos denunciaron al término del encuentro que la patronal habían endurecido sus propuestas, tras las elecciones municipales y autonómicas del 22 de mayo, en las que el PSOE sufrió una amplia derrota. Un extremo que ha sido negado ante los medios de comunicación por el presidente de la patronal, que ha asegurado que sus posiciones son las mismas que antes de los comicios.
Fin de las conversaciones
La patronal remitió este jueves un nuevo documento a los sindicatos que, según fuentes consultadas, era "más de lo mismo", un texto con el que los sindicatos han acudido a la reunión que ha certificado el fin de las conversaciones. Finalmente, los agentes sociales no han podido superar sus diferencias en materia de ultraactividad o flexibilidad interna, entre otras cuestiones. Si bien, se han producido avances en temas como la reforma de las mutuas y el absentismo.
El ministro de Trabajo, Valeriano Gómez, ha indicado en reiteradas ocasiones que el Gobierno tomará como punto de partida para su reforma los puntos de encuentro constatados entre las partes y ha dejado claro que tratará de buscar un "equilibrio" entre flexibilidad interna en las empresas y la protección de los derechos de los trabajadores.
Así, el Gobierno apuesta por acudir a mecanismos de arbitraje en caso de conflicto y ha avanzado que la nueva normativa no contemplará el decaimiento de los convenios colectivos cuando no haya acuerdo para su renovación.
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